La inmunomodulación es un conjunto de terapias que tienen como objetivo modificar o regular el sistema inmunológico para mejorar su respuesta a diversas enfermedades. Estas terapias pueden incrementar (inmunoestimulación) o disminuir (inmunosupresión) la actividad del sistema inmunológico según sea necesario. La inmunomodulación se logra a través de diferentes métodos, como el uso de medicamentos, terapias biológicas, y otras intervenciones diseñadas para influir en la función inmunológica. Es una herramienta crucial en el manejo de enfermedades autoinmunes, infecciones crónicas, y en el contexto de trasplantes de órganos.
La inmunomodulación se utiliza en una variedad de condiciones médicas. En el caso de enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, el lupus y la esclerosis múltiple, se emplean inmunosupresores para reducir la actividad del sistema inmunológico y prevenir el daño a los tejidos. En enfermedades infecciosas crónicas y ciertos tipos de cáncer, se pueden usar inmunoestimuladores para fortalecer la respuesta inmunitaria del cuerpo. Además, en los trasplantes de órganos, la inmunomodulación es esencial para evitar el rechazo del órgano trasplantado al suprimir la respuesta inmune del paciente. La elección del tipo de inmunomodulación depende del diagnóstico específico y de las necesidades individuales del paciente.
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