El asma bronquial es una enfermedad crónica de las vías respiratorias caracterizada por inflamación y estrechamiento de los bronquios. Esto provoca episodios recurrentes de sibilancias, dificultad para respirar, opresión en el pecho y tos, especialmente por la noche o temprano en la mañana. El asma puede variar de leve a severa y afecta tanto a niños como a adultos.
El asma bronquial puede desencadenarse por una combinación de factores genéticos y ambientales. Las causas incluyen la exposición a alérgenos (como ácaros del polvo, polen, moho y caspa de mascotas), irritantes (como humo de tabaco, contaminación del aire y productos químicos), infecciones respiratorias, ejercicio y estrés emocional. Los factores de riesgo incluyen antecedentes familiares de asma o alergias, infecciones respiratorias frecuentes durante la infancia, exposición a irritantes ambientales y obesidad.
Los síntomas de alerta del asma incluyen:
El diagnóstico de asma bronquial se basa en una combinación de la historia clínica, el examen físico y pruebas de función pulmonar. Las pruebas de espirometría miden la cantidad y la velocidad del aire que se puede exhalar, ayudando a determinar el grado de obstrucción de las vías respiratorias. En algunos casos, se pueden realizar pruebas de alergia para identificar posibles desencadenantes específicos.
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